Caminata Nocturna (Abierto)

Sus ropas, e incluso él mismo, estaban todas a maltraer. Llevaba mucho tiempo caminando en dirección contraria al sol, para así poder caminar sin parar durante muchas noches, un tiempo bastante largo, y así poder despejar su mente. De vez en cuando añoraba algo de compañía, lo que se contradecía con sus convicciones, puesto que sentía que al fin y al cabo los vampiros son seres solitarios, por lo que decidió cambiar de opinión a través de su amada meditación.

Ya eran bastantes meses de caminata cuando de pronto sus oídos recibieron el exquisito sonido de las olas acariciando la arena. Hacía tanto que no sentía la suave textura del agua de mar sobre su sensible piel, que casi como un niño corrió a la orilla de la playa y se dejó caer.

- Hacía mucho que tenía esta sensación. Había olvidado cuanto me gustaba el vaivén de la espuma sobre mi cuerpo... *inspira profundamente* creo que me quedaré un tanto aquí.

Y cerró sus ojos llegando a un estado muy parecido al de dormir.