Tic... Tac... -Libre-

No sabía realmente en que momento se perdió del grupo, ¿Dónde habían ido todos?, sabían que no le agradaban las multitudes, ni siquiera quería ir al ciudad en primer lugar, hace años que no salia del distrito nº 1 y hoy en la mañana a los elfos se les ocurrió salir a conocer la ciudad.

Aline pasó todo el día mirando el suelo, como si el parque de diversiones no la hubiera entretenido en lo más mínimo, no estuvo tranquila en todo el "paseo", cada persona que pasaba por su lado, que la miraba o incluso que le sonriera, le causaba desconfianza, y ahora estaba perdida.

A penas se dio cuenta de que estaba sola entre tanta gente, se congeló, y no hizo nada más que mirar el suelo con una expresión de nerviosismo bastante obvia, esperaba que alguno de los elfos la pudiera encontrar, hasta que alguien la saco del estado en el que estaba, ni siquiera quiso mirarlo, él le causaba demasiada desconfianza y no quería que nadie supiera que ella era un experimento.

- Mmmm... - ignoró completamente a quien le había hablado, se dio media vuelta y comenzó a caminar alejándose de el.

Sólo esperaba que no la estuviera siguiendo, además de que estaba aterrada, no quería que alguna situación provocara su transformación, ya que quedaría en evidencia y quizás que pasaría con ella.

Cada vez caminaba más rápido, el miedo le salía hasta por los poros, la calle estaba tan llena de gente que no podía evitar chocar con ellos, pero en realidad eso era algo bueno ya que cualquiera podría perderse entre la multitud, y eso era lo que Aline pretendía.

De un momento a otro, ya no se sentía perseguida, así que decidió mirar atrás para comprobar que aquel hombre ya no estuviera allí, así era, él ya no estaba siguiéndola, por lo que se calmó y luego de un suspiró de alivio siguió caminando para encontrar a los elfos con los que había venido a la ciudad.

Su tranquilidad acabó muy pronto, cuando una mano helada hizo que todo su cuerpo temblara de miedo, esto le ayudó a comprender que quien la perseguía la había encontrado. Sin respuesta ni expresión alguna a las preguntas que él le hacía, se quedó parada allí como si esperara que alguien se diera cuenta de que él no la hacía sentir nada cómoda.

Justo cuando alguien se acercaba, el tipo se sentó en una banca que había cerca, Aline quiso tomar esta oportunidad para irse, pero con solo el primer paso, su voz amenazadora la detuvo. Luego de unos minutos decidió hacerle creer, como él pensaba, que ella era un elfo, y se sentó a su lado.

- No entiendo tu interés en mi....- comentó aterrada. -Y si fuera un elfo ¿En qué te incumbe?- respondió decidida a su interrogante.

- Ahora que sabes quien soy ¿Puedo irme sin que me persigas?- a pesar del miedo que sentía, le preguntó altaneramente para hacerle creer lo contrario.

Se levantó del asiento, y esperó unos segundos para ver la reacción del tipo, deseando que éste la dejara marcharse, cuando vio a unos cuantos metros a uno de los elfos con los que había venido a la ciudad, ya que éste, al parecer no la había visto aún decidió gritarle, pero algo la calló.

Tramites de oficina. Como odiaba tener que ir de una oficina a otra siendo el jefe, realmente no entendía cuando de otras empresas pedían ver al cargo más importante de una "empresa" en cierto distrito, en persona ¿Cuál era la diferencia de enviar a un empleado? Podría decirse que en esos momentos no se encontraba realmente feliz y lo único que pudo calmarlo un poco, fue el que le dejaran irse solo y a su manera hacia donde fue citado.

Caminaba lentamente y tomó el camino más largo que encontró para poder llegar, no tenía ánimos de ver a nadie que tuviera que ver con el trabajo, por lo que se distrajo con lo que se encontrara frente a su vista a propósito. Entre esas cosas se encontraban jóvenes que no dejaban de mirarlo, hasta mujeres adultas con caras que a él no le hacían mucha gracia, algunos turistas que o se perdieron o saben a lo que venían a meterse, y entre la multitud, prontamente una chica de cabello platinado se cruzó en su camino, algo exaltada, pareciera que no veía a nadie ni a nada, y repentinamente cayó al suelo lo cual alertó al pelinegro para acercarse en el acto al centro de la plaza donde las personas solo la observaban extrañado. No dudó en tomarla entre sus brazos; normalmente Zack no hacía esto, pero lo que fuera para retrasarlo era interesante por así decirlo.

-Oye...- le llamó preocupado intentando que recuperara la consciencia, no dijo nada más ya que si no respondía al primer llamado entonces estaba totalmente fuera de este mundo. Se quedó acompañándola unos segundos, como esperando a que alguien que venía con ella la reconociera y se la llevara, pero nada, la gente los observaba como si una escena de drama se tratara.

"Mmm" sonrió un poco, las cosas después de todo si terminaron siendo interesantes, quien diría que se iba a encontrar con el demonio más peligroso de todo el nuevo mundo.

Nunca imaginó que una chica como esa sería novia de un tipejo tan desagradable como este que acababa de empujarlo y ensuciar un poco su traje. Se dedicó simplemente a observarlo, por un motivo insospechado imaginó que el otro fingía, sus ojos no expresaban algún sentimiento especial, sólo interés, lo cual hizo que Zack se quedara esperando a que la chica reaccionara. La multitud aún observaba la escena, no querían interrumpir pensando en que de verdad se trataba de una grabación así que tenía la vista despejada a la pareja tan especial, y mientras seguía concentrado en ambos, con las manos en los bolsillos de manera tan despreocupada escuchó lo que el otro tenía para decir. -Ya lo había notado, señor- respondió acercándose un poco. -¿Es su novia?- le miró con una curiosidad enorme, de verdad ahora quería saber un poco más. -No fue mi intención molestar, pero a la próxima cuide mejor de ella- dijo ahora con un tono irónico, no era la idea que el otro se enojara, pero quería conocer sus verdaderas intenciones.

Zack seguía aún con la mirada fija a la joven que estaba recostada sobre la banca. Poco a poco iba recobrando la consciencia, lo cual era bastante tranquilizador porque a lo mejor las cosas se iban a poder aclarar.

-¿Entonces?- comentó el pelinegro notablemente sorprendido. Las cosas estaban saliendo a la luz solas, aquel tipo llamado SulBrak era un demonio... eso Zack lo sabía muy bien... pero algún interés tenía sobre la chica que él aún no lograba entender.

-Ya la oíste- dijo como era esperarse, en definitiva todo parecía una escena y dialogo de película o telenovela, a excepción de ese acercamiento por parte de la chica, apenas se conocían y ya tenía esas confianzas por lo que el pelinegro se molestó un poco, y a la vez le miraba extrañado por no comprender a que deseaba llegar.

El caminar del brazo junto a una desconocida no formaba parte de uno de sus panoramas favoritos, ni menos por el hecho de que literalmente casi corrían antes que cualquier otra cosa.

Zack no era para nada idiota al respecto, a cada paso que daba, más presencias sospechosas notaba, era obvio que eran por parte de Sulbrak, era casi estúpido el que no tuviera tantos "fans" con esas pintas y mirándolos desde todas partes desde el momento en que ambos le dejaron atrás. -Veo que causaste una fuerte impresión en aquel tipo- molestó a la joven a su lado por tanto revuelo que se formó por su causa. Antes de que la chica pudiera contestar ya había sido arrebatada de su brazo y él se vio rodeado por aquellos hombres. No pudo más si no que esbozar una sonrisa ¿Valdría la pena pelear? Sin siquiera lograr responderse a si mismo, vio algo que lo sorprendió no sabía si gratamente o de otra forma ¿Una dragona? Whoah, eso si que era inesperado por parte de la chica. Tal vez Liam se alegraría al respecto al enterarse de aquello.

Toda la escena tras su transformación Zack se la pasó riendo, fue increíble como asustó a todos esos inútiles secuaces y golpeó al mafioso más grande de la historia, casi le parecía mentira ¡Y vaya forma! Definitivamente sería un día que no olvidaría, ver humillado a alguien de esa calaña no era para nada fácil de olvidar.

-¿Nos vamos?- preguntó ofreciendo su brazo a la chica algo divertido, le parecía increíble, además así podrían desaparecer del lugar lo más pronto posible y dejar a aquel pobre mafioso solo para lamentarse de mejor forma.