Stay (Privado Ryunochi)

Después de haber pasado unos cuantos días enterrado bajo tierra en los bosques, por fin decidió levantarse y salir a pasear, pero algún lugar más urbanizado, ya que pronto se aburrió de los parajes serenos y silenciosos, que además, lo habían hecho destacar como un ser sobrenatural, teniendo un par de encuentros algo extraños. En estos momentos añoraba algo de "normalidad", muchedumbre y bullicio, para lo que emprendió viaje al Distrito No.5, pero esta vez no a pie, sino que en tren; debía seguir en su plan de "normalidad". Aquellos encuentros le habían despertado la curiosidad por ver si acaso podía hacerse pasar realmente como un humano, o al menos, no hacer notar su condición vampírica.

Una de las cosas que necesitaba para parecer común y corriente, primero que todo, era cambiar su atuendo, pues además de sucio, se veía un tanto anticuado, así es que pasó a una de las pequeñas tiendas a comprar algo nuevo.
Mientras compraba, pudo escuchar como murmuraba la gente a su alrededor, acerca de un sujeto que se paseaba de un lado para otro en la estación, con muy mala cara, y que al parecer, habían rumores de su conexión con la mafia, por lo que la gente no se atrevía a salir de las tiendas. Estaban esperando a que se marchara.

Pues parece que me es inevitable toparme con gente extraña a donde quiera que vaya.

Tras suspirar, prosiguió a comprar sus nuevas prendas. Pasó a los probadores y se cambió la ropa, dejándo la antigua en un basurero. Cuando se disponía a salir, la chica que lo atendió le pidió que tuviese cuidado, a lo que él simplemente le sonrió, pero a diferencia de lo que la vendedora pensaba, lo hizo al sentir satisfacción de ver que su plan estaba funcionando.

Al abandonar el local, miró a su alrededor, y vio al sujeto sentado en una banca, con una expresión con la que entendía el temor de la gente, aunque no tenía tan mala pinta. Tal vez estaba siendo malentendido, al igual que él. Se dirigió directamente hacia él, parándose a su lado.

- ¿No importuno demasiado sentándome contigo?

Tenía que admitir que, aunque desde el principio tenía la sospecha de que aquel tipo inspiraba más miedo del que debían tenerle, no esperaba una respuesta tan positiva.
Mientras se acomodaba la ropa, se sentó lentamente a su lado. Lo observó durante unos segundos, sin saber realmente de qué hablarle, pues al echar su cabeza hacia atrás, daba la impresión de tener muchos problemas en los qué pensar. De todos modos, aclaró su garganta mientras veía fijamente la línea del tren.

- La gente puede ser realmente molesta a veces no es verdad?

Era un alivio que aquel chico atractivo prosiguiera con la conversación, aunque al parecer no sería una fácil. De cuaquier forma, se relajó ante la posibilidad de esperar el tren en, lo que presentía, una buena compañía...

- Jajajajajaja!! - guarda silencio durante unos segundos y vuelve a ponerse serio - Discúlpame. Es que me hace gracia, porque últimamente me ven como alguien amable. Tal vez es porque me veo muy joven, pero no sé...

Pudo sentir cómo la gente que estaba dentro de la tienda de la que había recién salido estaba amontonada en la ventana, preguntándose de que hablaba con aquel sujeto de apariencia peligrosa.

- No pareces tener muy buena fama por aquí...

Debía admitir que era una buena pregunta. Si se ponía a analizarlo desde la perspectiva de un humano, sin duda no lo era. Nadie podría serlo si los humanos son su comida. Pero desde la perspectiva de un "chupasangre" ... tal vez más que amable, demasiado misericordioso. Le costaba aún deshacerse de su vinculo con lo humano, teniendo aún anhelos que ya un inmortal habría desechado hace mucho.

- Para serte honesto... creo que "amable" es la palabra incorrecta... -entrecierra los ojos y se desordena la chasquilla mientras piensa unos segundos - ...creo que lo más acertado sería decir que soy "piadoso", pero no tanto... -sonrie de pronto de medio lado - la gente se deja llevar demasiado por mi imagen serena - inspira profundamente y se levanta de hombros - que no refleja necesariamente cómo me siento o lo que pienso... No es eso lo que te ocurre a tí también? Pero claro... - ríe un poco - en el caso contrario...

Lo sorprendió la pregunta del tipo, ya que pensaba que la conversación iba derechamente a ser una amena, pero pese a la sorpresa, le causó mucha gracia.
Se voltió hacia él, apoyó un brazo, y con él el peso de su cuerpo, en una de sus piernas, y con su dedo indice tocó suavemente la frente del malhumorado epujándolo muy levemente, y con una amplia sonrisa agregó:

- No crees que te estás equivocando? - Mira a su alrededor, y se queda mirando a una de las vendedoras, a la que cuando le devuelve la mirada, le sonríe, generando que ella se sonroje - Creo que acabo de comprobar el punto. Te parece que eso es espantar a la gente? En cuanto a por qué me senté acá... -mira a ambos lados de la banca comprobando que el resto estaban vacías y se vuelve a mirarlo a los ojos - Es porque ésta era la única que estaba ocupada...

No pudo sino más que reír ante los comentarios de su malhumorado acompañante. Pese a que sintió que de cierta forma, estaba tratándo de advertirle acerca de su persona diciendo que tal vez el miedo que le tenían no estaba del todo equivocado, no le generó más que más curiosidad. La verdad es que le era atractivo el que alguien lo elogiara pero alejara al mismo tiempo. En general, sólo generaba uno de los dos efectos en las personas.

Esa pregunta terminó por capturar su curiosidad acerca de este apuesto tipo de malas pintas. Se reclinó sobre la banca cruzando ambos brazos tras la nuca y le miró con una media sonrisa.

- Pues yo nunca he dicho ser humano... ni tampoco no serlo. Así es que... ¿A qué se debe tal pregunta?

- El placer es mío - Dijo en tono casual. Aquel sujeto, tal y como había imaginado, cada vez le comprobaba más que era una buena compañía. Se sentía muy a gusto con él, así es que le respondió con total honestidad su pregunta. Era una buena oportunidad de socializar de una manera más tradicional, al menos más que las dos anteriores después de despertar en mucho tiempo. Se volteó hacia él con una expresión seria pero relajada y tras acomodar el cabello que caía cubriéndole el rostro, dejó salir un poco de aire por su boca.

- Pues tienes razón. No soy de aquí, pero tampoco creo pertenecer a ningún lugar. Llevo un buen tiempo caminando de aquí para allá, y el último lugar en el que estuve fue el Bosque. Honestamente podría continuar caminando, pero deseaba algo de normalidad y tranquilidad, así es que decidí hacerlo en tren.

Luego de eso se le quedó mirando a los ojos unos momentos, tratando de escudriñar en su mente a través de sus ojos, hasta que al fin agregó entrecerrando sus ojos un poco - ¿Y tú que asuntos tienes aquí? No pareces ser de por acá tampoco~

- Los elfos son seres nobles y yo carezco de virtudes como esa - Río un poco de tan sólo pensar en aquello. Al parecer su rostro bonito le jugaba más a favor de lo que esperaba, aunque tampoco podía asumirse como un ser despiadado. Era más juicioso de lo que el mismo llegaba a percibir.

No hago preguntas en vano. No soy de ningún lugar, así es que no podría decirlo. Tampoco puedo imaginar a qué te refieres con ese lugar. Cuéntame un poco más . Cruzó ambos brazos en su nuca y le miró con atención esperando a que le diera algo más de información. Pese a su apariencia, era alguien bastante fácil de tratar al parecer, y no parecía incomodarle su presencia.